Toco tu boca,con un dedo todo el borde de tu boca,voy dibujándola como si saliera de mi mano,como si por primera vez tu boca se entreabriera,y me basta con cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar..
Julio Cortázar

sábado, 4 de enero de 2014

Crack

El tiempo pasa. Pasa de largo, pasa, saluda, se va. El tiempo sonríe con una mueca extraña y su boca dibuja un arco que lanza venablos envenenados. Venablos del pasado, ciertos tránsitos, algunas angustias, borrosos buenos recuerdos. El tiempo siembra, innumerables incertidumbres repetidas en mi sien girando como un tiovivo,el mismo círculo,caballitos de cartón piedra sujetados a un mismo eje volteando sin parar hacia un dónde inexistente, momento absurdo. El tiempo pasa.Y me hace pensar. El tiempo conspira con el infinito, murmullan entre sí, un balbuceo hipnótico derramado sobre mi vida como un café caliente sobre la camisa blanca,impoluta, el tiempo y el infinito me queman, me manchan, me recuerdan lo que no he olvidado. Hola. Que tal. Bien. Ya se te pasará. Era cierto. Pasó. Te adviertes.(No debería verbalizar estos  pensamientos) El tiempo ve, escucha, el tiempo sabe y vendrá a por mi, y a por ti tambien. Sabrá que hablé de él. ¿A donde vas?.Al camino sin nombre, a seguir, a mantener tirante la cuerda durante unos años, a tensarla, a rezarle a un Dios invisible para que no se rompa, a evitar el pensamiento de "demasiado tarde amiga". El tiempo me pregunta, me sigue, me susurra, el tiempo secuestra los pocos minutos útiles que el día me entrega y los amordaza, los veja, y a mi no me apetece rogar. A mi no me apetece llorar, hablar, decir, saber. No me apetece hacer el paripé. Llévatelos. Tiempo. No me importa. Consumo en cigarros la poca lucidez que el frío me permite. El invierno, el tiempo trajo el invierno. Pienso en la primavera mientras las gotas de lluvia traquean en mi ventana. Vendrá, el tiempo traerá la primavera de igual manera. El tiempo te quiere sola, toda para él. Invocas sueños sentada sobre una silla histérica. El tiovivo gira y gira. Has aprendido a no hablar de amor, a construir tu propio dolor como un castillo, la armadura oxidada. Los dragones que no saben hechar fuego.Los príncipes muertos, las princesas locas.  Una niña entra. Una mujer se va. Llámame para que te mate. Algo así decía el tema.Sería un curioso fin, arrancar la raíz de cuajo. El tiempo me lleva lejos, me arrastra la corriente, las olas me voltean, las horas, me adhiero como un pulpo a las superficie rocosa, los días, da igual,me llevan, giro, esquivo, me golpeo, arrastro mis tentáculos por la arena mojada, la marejada vuelve, me traga el mar, los segundos, navegan,navego, tragos salados,horas,horas me devoran, tiburones,au, el reloj vuelve para escupirme, de nuevo tierra, húmeda, firme y yerma bajo mi aliento cansado, bajo mi cuerpo de pulpo mojado, el tiempo trafica con tiempo y el cielo empieza ha abrirse como una fruta madura y yo...observo el partir de las nubes que juegan con mis pupilas como con dos canicas viejas, y un atisbo de luz se me clava en la frente, sigo sobre la tierra húmeda, hieriente,con el alma tiesa, la marea sumisa se arrepiente y me besa y el mundo deja de pesar, el tiempo se lleva las olas y escucho perfecto el latido del mar...y se me caen los dolores y las gaviotas hambrientas devoran las tripas de esta enfermedad.
Esta enfermedad que es el tiempo.
Este laberinto.
Este mismo que pasa,saluda
y se va.



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