Toco tu boca,con un dedo todo el borde de tu boca,voy dibujándola como si saliera de mi mano,como si por primera vez tu boca se entreabriera,y me basta con cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar..
Julio Cortázar

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Llévame a casa,pequeña,llévame a casa.

Estás a la espera
de ser borrada por las nubes.
Nada ha cambiado,
la rambla sigue seca
las ventanas impolutas,
la tristeza tiene los mismos matices
los ocres de siempre,
a pesar de eso
encuentras lejanas...
hieráticas `pinceladas
de la infancia,la juventud.
Aunque extrañamente
hoy llueve en el pueblo.
Las huertas hoy las riega
ese Dios que cerró la puerta
hace ya eras.

Las palmeras del campo
han desaparecido, el bicho picón
esta vez,
ha vencido.
Ya no es lo mismo.
Te gustaría estar callada
unas semanas,
dejar que el silencio huracanado
esculpiera el espacio
y lo explicara todo,
omitiendo eso que parece ser
tan imprescindible decir.
Hola,que tal,bien,gracias.Adiós.
Y ahora tu.
Vete de mi soledad,
arraiga el camino de la espera
con matorrales de este secano infinito,
este desierto que es mi tierra ajada,
obvia la muerte como quien vive
sabiéndose herido,
escupe el verso mortal que dinamite
todas las pasiones opacas
que albergan mis sístoles
mis diástoles,
cuando el amanecer...
cuando el día....
cuando la tarde absurda
hace apósito en mi estómago.
No son las tres,Jean Paul,no son,
son las 4,pero ha caído
el sol del levante de igual manera sobre
este tejado en venta, rebozado de nubes,
sobre este pasado estéril
que arrenda y prende mi alma negra como tizón,
carbón de chimenea humea
los huesos de este cuerpo roto,
perdido en la alcohólica envoltura del mundo
este mundo en combustión,
un llameo
incomprensible,
todo lo veo arder...
ese pragmatismo que minusvalora
todos los impulsos sensibles,
un remolino de hojas secas
en el epicentro deldolordesiempre
eldoblepensar
eldoblevivir
esta bipolaridad asumida
consume hoy la única persona
que no soy,
amigo,
se que esto es triste!
qué puedo decir yo de este día?
Si el cielo me está mirando cansado
como si quisiera tragarme sin masticarme
como si todo lo vivido hasta ahora
fuera una la falsa evidencia de una existencia,
si la oscuridad del cuarto me está llevando
de nuevo al sótano del raciocinio incierto,
y no pretendo encender el candil,
ni iluminarme,
ni descubrir la verdad más absoluta,
ni echarte hoy de más, ni de menos,
nos comerán las mismas ratas,
andaremos locos y viejos
por los mismos callejones,
con palabras arrugadas sobre nuestras sombras,
y yo que pensaba que esto un día
se esfumó como una estela,
pero de sobra sabemos que todavía
descansa la muerte en mis brazos,
como un bebé enfermo que me pide teta,
ahora consigo entender ciertas soledades,
ciertas actitudes marginales ajenas,
no están locos, están en lo cierto.
No creo que esto sea ni mucho menos
encontrarse en el límite,
pero hay una sensación tangible,
estamos cerca y a la vez
un vacío abisal nos separa,
como noche y día frotándose al caer la tarde,
sin llegar al contacto, esperando quizás
algún eclipse fugaz.
No sé por cuanto tiempo, minutos,horas,latidos,
prevalecerá el estado de no conforme
por cuanto tiempo intentaré domesticar a
este pavo acorralado entre las paredes
de la espera apocalíptica,
que chilla como una gaviota enferma,
cuanto más estás dispuesta chica,
tu decides,
si el sol sale por el este
y al oeste desaparece,
tu decides cuántas nubes,
cuantas son necesarias para
perderlo de vista,
para borrar este día yermo
que dilata entre sus rejas
un último grito
de luz.











No hay comentarios: