Hoy recuerdo con quietud
aquel verano helado,
tu llanto quebrado,
por palabras que no hablan
o que mienten si lo intentan.
Mis entrañas saben más por lo que callan
que por lo que a veces te cuentan
no te importa si egoísta
tu me pides que no mientan.
Y entiendo lo que dices,
más yo como felina
ya he caído muchas veces,
en maullar por otros gatos
arañarte por la espalda
y afilar tus cicatirices.
Perdóname por esto,
por aquello,
por lo que nunca dije,
por este aburrido perdón que se repite,
por tragarte el sermón de misa
y no invitarte al combite.
Retenerme fue un robo frustrado
quererme un tropiezo obtuso y
olvidarme..cucurucho sin helado.
Espero que tus ojos,
jamás lean estas líneas,
pues no quiero disparar
más misiles a tus filas.
Pero recuerda que recuerdo,
con quietud ese verano,
cuarenta grados a la sombra,
el más frío del año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario